El diagnóstico que hace el Padre Francisco en la Bula que motiva el año jubilar y que inspira el Aguinaldo del Rector Mayor de los Salesianos, sobre el tipo de hombre que “habita estos tiempos”, es revelador, por cuanto pone de presente dos asuntos; primero, que hay personas que se muestran escépticas y sin esperanza frente a las posibilidades de ser felices; y segundo, que hay un creciente pesimismo ante el que nada parece poder proporcionar felicidad. Quienes piensan y sienten la vida de esta manera, no están faltos de razones y de evidencias que parecen confirmar esta irredimible condena: Crisis Climática cada vez más aguda, Genocidio en Palestina, Guerra en diversos lugares del mundo, Gobiernos de extremos que no benefician a los ciudadanos de a pie, capitalismo y técnica como predadores de toda forma de vida, inteligencias artificiales que pretenden reemplazar al hombre, injusticias y brechas sociales aun no superadas, Estados corruptos que condenan a sus pueblos al hambre y la pobreza, nihilismo ante la vida y sus posibilidades. Son entre otros signos, escenarios en los que el panorama de una vida feliz parece ser bastante difuso, incluso utópico.

Por ello, con el deseo de ampliar los horizontes de comprensión de este fenómeno y de este aparente estado vital catastrófico, acudo a dos personajes que tienen cada uno en su campo un reconocimiento notable, me refiero a Wittgenstein 1889 – 1951 (filósofo del lenguaje) y Tolstói 1828 – 1910 (literato Ruso); para demostrar y proponer, que a pesar de que los signos de los tiempos y las dificultades de la vida, puedan en principio, llevar al hombre a un estado de tristeza, depresión, melancolía, perdida de sentido y vacío existencial, es posible conectar con auténticas experiencias y momentos de tranquilidad, de paz, de bienestar y como lo proponemos en toda la planeación estratégica de este 2025: de Construcción de la Felicidad.

Para muchos, quizá la vida feliz sea tener dinero, riqueza, pero la vida de estos dos genios nos demuestra lo contrario. Veamos: tanto Wittgenstein como Tolstói pertenecían a familias adineradas, dueñas de importantes bienes y negocios. Sin embargo, ambos renunciaron a esta forma de vida de riqueza, para emprender la auténtica búsqueda de una vida feliz. A ambos también los une su “amor por las letras”, cada uno en su tiempo, registro en sus correspondientes “diarios” las premisas con las que iban forjando una imagen del mundo, de su época y de sí mismos. Ambos, además, experimentaron interesantes inclinaciones educativas y pedagógicas, Wittgenstein siendo un super dotado, opto por ser profesor de una primaria y Tolstói siendo una mente brillante, elaboró un Abecedario popular para transmitir conocimientos.

Ambos tuvieron que afrontar tiempos históricos de barbarie, de guerra, de pobreza, de hambre, tiempos en los que el mundo y ellos mismos por determinados momentos, se encontraron sin rumbo y sin sentido (como cualquiera de nosotros quizá hoy pueda estar sintiéndose). Sin embargo, este par de mentes maravillosas, por distintos caminos, arribaron a una necesidad y un camino (que les proporcionaría felicidad), me refiero a la “espiritualidad”. Para Wittgenstein esta experiencia estaba en el “silencio”, para Tolstói en las “letras”.

Se cuenta que Wittgenstein leyó a Tolstói hacia septiembre de 1914, cuando estaba sirviendo como soldado voluntario en la Primera Guerra Mundial, cerca de Cracovia, estando allí, se encuentra con un libro de Tolstói: “Breve explicación del Evangelio”, y en carta a su amigo Von Ficker, le confiesa: “usted vive en las tinieblas y no ha encontrado la palabra redentora. ¿Conoce usted la Breve explicación del Evangelio de Tolstói?. Este libro me acaba de salvar la vida”.

De este libro, Wittgenstein adopta el modelo de reflexión de que “la vida espiritual” es la que pone en evidencia la presencia de identidad con la Divinidad y el significado “místico de la retirada del mundo”. De Tolstói también aprende que “Dios es el límite extremo de la razón”. Estas influencias se perciben cuando, por ejemplo, escribe Wittgenstein en su Tractatus: “nosotros sentimos que incluso si todas las posibles cuestiones científicas pudieran responderse, el problema de nuestra vida no habría sido penetrado” (parágrafo 6.52), y luego en su Diario filosófico afirma: “creer en un Dios quiere decir comprender el sentido de la vida”.

De esta manera, en sus escritos, tanto Tolstói como Wittgenstein aluden a la posibilidad de una “vida feliz”; (hemos llegado a nuestro tema), ambos, la relacionan con la vida en el espíritu, que consiste en una “armonía o relación del sujeto con el mundo, en el que los dogmas se diluyen en el peso liviano de la experiencia”.

En el caso de Tolstói, este estado de “conciencia feliz”, sólo viene después de un profundo examen de lo que venia siendo su vida, (en su confesión, que debe inspirarnos a hacer la propia) se lee: “… sentía que algo dentro de mí, donde había reposado siempre mi vida, se había roto: que no me quedaba nada a donde agarrarme y que moralmente mi vida se había detenido. Una fuerza invencible me impelía a desligarme de mi existencia, no puede decirse exactamente que deseara suicidarme, porque la fuerza que me alejaba de la vida era más grande, más poderosa que cualquier simple deseo. Era una fuerza parecida a la aspiración de vivir, consistía en la fuerza y en la aspiración de mi ser de alejarme de la vida- (…) no sabía lo que quería, sentía miedo de vivir, me sentía impelido a abandonarla, y a pesar de todo, esperaba todavía algo. Todo esto ocurrió en un tiempo que, conforme a mis circunstancias externas, debiera haber sido completamente feliz”.

Como vemos, a pesar de que la vida le sonreía a Tolstói, estaba en crisis, lo aquejaban preguntas a las que TODOS llegáremos, ¿qué sentido tiene la vida?, ¿hay otro sentido distinto al de esperar la muerte?. Si hubiera seguido la lógica de su crisis, el suicidio hubiera sido un camino esperado, pero, en lugar de ello, Tolstói nos enseña que “tomar conciencia de la vida” es la mejor manera de mantenerse vivo y gozar en lo simple y en lo cotidiano de la experiencia de una vida feliz. La respuesta la encontraría en la escritura, allí descubriría la “dimensión mística del lenguaje” y en el “trabajo del campo” el placer de la vida, que tras cada amenaza de muerte logra renacer para imponerse en cada ciclo con mayor fuerza.

Wittgenstein también arribaría a la vida feliz por vía de la reflexión mística y del silencio del lenguaje, que, sin embargo, ensordece. ¿Dónde podemos encontrar el sentido de la vida? Para este autor, es claro que el sentido no está en este mundo, puesto que Dios no se manifiesta en el mundo. Se lee en su Tractatus: “como sea el mundo, es completamente indiferente, para lo que está más alto. Dios no se revela en el mundo”. (parágrafo 6.432), por ello, “vivir feliz”, es “vivir en el espíritu”, es decir, aceptar que nuestras acciones poco pueden hacer en las circunstancias, en su lugar, nos quedaría aceptar los “hechos” tal y como se presentan, y aún en la dificultad de los mismos, guardar el deseo y la esperanza de que es posible ser y vivir momentos y experiencias de felicidad.

Cuando Wittgenstein afirma que el “sujeto es el límite del mundo”, está queriendo decir, que el mundo soy “yo”, razón por la cual, para ser feliz debo ante todo trabajar en mi propia persona, en mi mundo interior, y en la dialéctica que se genera en las relaciones con los “otros”. Si mi mundo no es feliz, entonces debo hacer algo para cambiarlo. Por ello, decide alejarse de la fama, renunciar a la vida de académico universitario, para trabajar primero como jardinero y luego inscribirse como profesor de una escuela rural, convencido de que una inteligencia refinada, un gran aprecio por la cultura, una entrega total al trabajo, con un pago modesto, pero con gran “riqueza interior”, eran las claves de una existencia feliz.

Para terminar, pienso con toda seguridad, que en la vida de estos hombres y de muchos otros que permanecen en el anonimato que brinda el estar “fuera” de las redes sociales y sus falsos imaginarios de felicidad, hay verdaderas claves para comprender, como lo propone el Aguinaldo, que la “esperanza no defrauda” y que una vida repleta de “momentos e instantes felices” si es posible.

Con estas ideas, invito a toda la comunidad educativa a emprender una peregrinación hacia la plenitud de la vida, construida en el trabajo cotidiano y esmerado que busca los mejores resultados para Nuestro Colegio, y desea que la vida de todos los aquí presentes sea feliz. Por ello, para este año 2025, la Alta Dirección, desde su planeación estratégica quiere propiciar una reflexión colectiva en torno a lo qué es la vida feliz, lo que implica este reto para un Colegio que con su personal intenta aprender del error, recomponer las rutas, conservar lo que viene funcionando muy bien; pero al mismo tiempo, ofrecer un servicio educativo de calidad, pertinente y acorde con las expectativas que hay en los corazones de los jóvenes de esta época. Así que, desde ahora, los invito a todos a dar ese primer paso y empezar a pensar y obrar, de tal manera que todas nuestras acciones nos lleven a construir felicidad.

A continuación, los invito a recapitular las líneas estratégicas propuestas por los Planes Rectorales a la Comunidad Educativa desde el año 2023 para socializar la proyección de su continuidad y ajustes en el 2025:

Nuevo plan para el 2025. Hacia la construcción de un currículo y un espacio formativo denominado: “catedra: construyamos felicidad”. La Asamblea General de la ONU, en la resolución 66/281, decretó en 2012 el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad

Plan F Inclusión de una cátedra en el currículo denominada: “construyamos felicidad” Fase de planeación: 2025 fase ejecución piloto: 2026.

Objetivo general: fomentar el bienestar integral de los estudiantes, promoviendo su desarrollo emocional, social y ético, a través del fortalecimiento de habilidades y competencias para gestionar sus emociones, mejorar su autoconocimiento y cultivar relaciones saludables. Esta cátedra busca crear un espacio donde los estudiantes puedan explorar y reflexionar sobre el concepto de felicidad, entendida no solo como la ausencia de sufrimiento, sino como un estado de bienestar general que involucra la satisfacción personal, el propósito de vida, la conexión con los demás y el bienestar social.

Objetivos Específicos (Fase de Planeación)

1. Diseñar un currículo integral para la cátedra “Construyamos Felicidad”, con un enfoque multidisciplinario, basado en el bienestar emocional, social y ético, con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa (estudiantes, docentes, padres de familia).

2. Sistematizar la documentación orientadora para la implementación de la cátedra, incluyendo el syllabus, planes de clase, y materiales pedagógicos, con un enfoque flexible que permita la adaptación de los contenidos a diferentes grupos y edades.

3. Establecer los perfiles profesionales que estarán involucrados en la enseñanza de la cátedra, considerando la diversidad de enfoques y disciplinas que aporten a los temas de felicidad, bienestar y desarrollo integral.

4. Definir la estructura participativa de la cátedra, asegurando la inclusión activa de los padres de familia y otros miembros de la comunidad educativa, a través de espacios de reflexión y actividades colaborativas.

5. Desarrollar una metodología de evaluación que permita medir el impacto del curso tanto en el corto como en el largo plazo, tomando en cuenta aspectos emocionales, sociales y éticos de los estudiantes.

Metas (Fase de Planeación)

Meta 1: Diseñar el currículo de la cátedra “Construyamos Felicidad” en colaboración con la comunidad educativa, con una versión preliminar lista para el final del ciclo escolar 2025.

Meta 2: Elaborar el syllabus y los planes de clase para el curso piloto en 2026, con una estructura flexible para incorporar diferentes perfiles profesionales (psicólogos, sociólogos, educadores, etc.).

Meta 3: Tener al menos un 80% de participación activa de los docentes y miembros de la comunidad educativa (padres, estudiantes) en la construcción del currículo y la sistematización de la documentación.

Meta 4: Realizar tres talleres de capacitación para los docentes y profesionales que formarán parte de la cátedra, enfocándose en el diseño y la metodología de la cátedra.

Meta 5: Crear un espacio de reflexión comunitaria para padres de familia y estudiantes, con el fin de integrar su perspectiva sobre el concepto de felicidad y bienestar social en el currículo, realizando al menos dos encuentros en el año.

En Colombia estos espacios iniciaron en 2013. El profesor Andrés Ramírez fundó “The Happy Business” En Inglaterra Anthony Seldon fue uno de los pioneros de las cátedras de la felicidad en la educación al instaurar en 2006 en Wellington College en Berskshire, “la cátedra para el bienestar y la felicidad”

Indicadores (Fase de Planeación)

  1. Indicadores de Participación y Colaboración:
    Número de reuniones realizadas con padres de familia, docentes y otros miembros de la comunidad educativa para diseñar el currículo y los materiales de la cátedra.
    Porcentaje de participación de los docentes en los talleres de capacitación y en la co-creación de contenidos curriculares.
  2. Indicadores de Avances en la Documentación:
    Porcentaje de avance en la creación del syllabus y los planes de clase, con metas claras para completar las primeras versiones a finales de 2025.
    Número de actividades y recursos pedagógicos desarrollados para la cátedra, como guías de estudio, recursos multimedia, y actividades interactivas.
  3. Indicadores de Inclusión de los Padres:
    Porcentaje de participación de padres de familia en las actividades de reflexión y construcción del currículo.
    Nivel de satisfacción de los padres sobre su participación en la cátedra, medido a través de encuestas y entrevistas.
  4. Indicadores de Definición de Perfiles Profesionales:
    Número de perfiles profesionales definidos y de reuniones realizadas para establecer los roles de los diferentes profesionales que impartirán la cátedra.

Actividades Clave para la Fase de Planeación:

  1. Reuniones de Co-Creación del Currículo:
    Organizar mesas de trabajo con docentes, padres de familia y estudiantes para definir las temáticas que se abordarán en la cátedra.
    Recoger insumos sobre qué significa felicidad desde diferentes perspectivas: personal, social, familiar, cultural.
    Definir los contenidos clave del curso y las metodologías de enseñanza (trabajo en grupo, debates, talleres prácticos, etc.).
  2. Diseño del Syllabus y Planes de Clase:
    Construir el syllabus de la cátedra, identificando los temas a tratar (gestión emocional, relaciones saludables, propósito de vida, etc.) y la secuencia de clases.
    Crear planes de clase detallados, que incluyan objetivos, recursos, actividades y evaluaciones para cada tema.
  3. Capacitación de Profesionales Involucrados:
    Realizar talleres de formación para los docentes y otros profesionales que participarán en el proyecto (psicólogos, sociólogos, etc.), sobre las metodologías y enfoques a implementar en la cátedra.
    Diseñar un manual de buenas prácticas para los profesionales encargados de dictar la cátedra, que contemple principios de ética, empatía y bienestar.
  4. Encuentros y Talleres con Padres de Familia:
    Organizar encuentros informativos y talleres donde los padres de familia puedan compartir sus expectativas y colaborar en la creación del currículo.
    Crear espacios para que los padres participen activamente en la definición de actividades prácticas que puedan realizar junto a sus hijos, fortaleciendo la relación escuela-familia.
  5. Sistematización de la Documentación:
    Documentar todo el proceso de diseño curricular, incluyendo el material pedagógico (syllabus, guías, recursos, etc.) para tener una base sólida para la ejecución del plan piloto en 2026.
    Crear una carpeta de recursos digitales que se compartirá con los docentes y otros miembros de la comunidad educativa para su consulta y retroalimentación.

Responsables:
Alta dirección, psico – orientación, coordinaciones, jefes de área.
Gestión de calidad (debe proporcionar el soporte documental para hacer seguimiento a las metas de todos los proyectos o planes).

Como Rector, una vez más, los invito a creer en que estas iniciativas se construyen con la voluntad y el deseo de todos, con fé en que es un sueño materializable en el tiempo y en el espacio, y con la seguridad, para las familias y sus hijos, de que estas hojas de ruta, son un camino seguro para ofrecer una Educación Salesiana de calidad.