Una forma particular de vivir nuestra fe:  

Nuestra Comunidad Educativa Pastoral ha sido bendecida porque son tres las estrellas que guían nuestros pasos en este camino de evangelización – formación educación:

La primera bendición es Jesús en su imagen infantil, que nos recuerda la etapa inicial de su vida terrenal y la infinita humildad con la cual nuestro Creador elige vivir entre nosotros. Son muchas las historias relacionadas con el Divino Niño Jesús, pero sin duda, es importante recordar aquella que permitió el nacimiento de la devoción al Niño Jesús en el 20 de julio: el Sacerdote Italiano Juan del Rizzo fue una persona con un gran corazón, pero con una expresión en su rostro que reflejaba dureza. Un día su superior le encargó hacer una colecta para la construcción de una capilla (en uno de tantos pueblos que en vida visitó). El Padre Juan, reacio a realizar esta colecta entre las personas humildes del pueblo, no tuvo el menor éxito durante su primer día de recolección: ¡no recogió ni un centavo!  Al día siguiente, el Superior le pidió que saliera de nuevo y reuniera las donaciones necesarias.

Esta vez, el Padre se arrodilló frente a la Santísima Madre para pedirle ayuda en esta difícil tarea.  Al ver al Niño Jesús en los brazos de su Madre, el Padre Juan pensó que hasta ahora siempre había pedido favores a través de las intercesiones de María, pero no había llevado sus peticiones de oración directamente al Niño Jesús. El Padre Juan decidió que confiaría todos sus esfuerzos al Niño Jesús y desde ese momento, con toda su alma suplicó que el Niño Santo le diera el coraje de rogar por las obras de Dios. Así nace la devoción del Padre Juan del Rizzo y con ella, la devoción al Niño Jesús en el 20 de julio de Bogotá, iniciando el siglo pasado.

La segunda bendición es la Santísima Virgen María en su advocación de Auxiliadora de los Cristianos, a quien San Juan Bosco amó profundamente y quien desde el sueño de los nueve años, guio al Santo en esta bella misión de hacer lo imposible por la salvación de la juventud. Don Bosco decía que cada persona que llega a una Casa Salesiana es traída de la mano de María Auxiliadora.

La tercera bendición es la del Santo fundador de la Congregación Salesiana: San Juan Bosco, quien desde niño fue guiado de la mano de María Auxiliadora para entregar su vida por la salvación de los jóvenes. Hoy, 203 años después de su nacimiento y 130 años después de su fallecimiento en el mundo terrenal, su obra sigue viva en los corazones de los Padres Salesianos, de los laicos comprometidos con el carisma, de los exalumnos y alumnos que día a día reciben esta semilla del amor por María Auxiliadora, de seguimiento al Evangelio y de un profundo amor por la vida.

Divino Niño Jesús: BENDICENOS CON AMOR.

María Auxiliadora: RUEGA POR NOSOTROS.

San Juan Bosco: RUEGA POR NOSOTROS.